Míseros interesados: La búsqueda del “paraíso divino” y la evasión del “infierno eterno”. (continuación)

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...De ninguna manera estoy en contra de Dios y que la gente crea ciegamente en él pero si de los mecanismos poco éticos que utiliza la religión, buscando traer adeptos que sean fácilmente programables, justamente porque sus técnicas influyen en la parte psicológica del individuo mediante la “manipulación”, para comprender mejor este concepto debemos saber que “La manipulación es a menudo la única manera que dispone al gente para conseguir algo de los demás”(A. Ovejero-Psicología socia-p.221), la religión cristiana actual ya no es la misma de antes que se dedicaba a meter los dogmatismos a la fuerza a través de métodos excesivamente violentos y sangrientos, ahora esta doctrina innova con técnicas más sutiles de manipulación (prometer el cielo y salvarnos del infierno) y desafortunadamente nosotros como débiles borregos estamos cayendo en ese juego de falsas promesas.

A lo mejor Dios sea como la religión nos lo muestra, como un ser antropomorfo que está pendiente de nuestras buenas y malas acciones decidiendo quien va al cielo directamente o al infierno, puede serlo, así como probablemente sea una energía universal que deja a los individuos comportarse de acuerdo al libre albedrío, lastimosamente nos hemos cerrado a la segunda posibilidad de lo que es Dios y todo lo que ello implica y nos limitamos a creer como la religión cristiana lo impone, lo único que me da a pensar esto es que nadie puede asegurar que sea una verdad última como ellos lo plantean. Quiero agregar algo a mi modo de ver más acertado con respecto a lo que quiero hacer comprender “El hombre no puede conocer lo que Dios es, aunque tenga plena conciencia de lo que Dios no es...” (Fromm-p.79), es decir en la conciencia de los sujetos no se imagina cosas negativas de esa deidad con el mero objetivo que ésta siga cumpliendo nuestros deseos mundanos y trascendentales.

Los individuo les deberían permitir elegir libremente en que quiere creer de esa manera desaparecerían los intereses externos y habría convencimiento de lo que se quiere realmente, pero no por simple capricho sino que haga una reflexión profunda sobre el misterio de la vida y el universo para que de esa manera empiece a sacar conclusiones personales basándose en su propia experiencia, estando consciente que caer en los dogmatismos de atribuirle todo lo que nos pase  a Dios ya sean cosas positivas o negativas es antinatural y va en contra de lo que es el ser humano.